lunes, 2 de abril de 2018

Táctica y estrategia de la Revolución Latinoamericana (Parte I) Por Ernesto Guevara de la Serna // BRASIL: Marielle y los marcados para morir // "El asesinato de Marielle es resultado de la militarización de Río, y por lo tanto, del golpe contra Rousseff" // ZUR: Crimenes políticos: La ejecución de Marielle Franco y la intervención militar en Rio de Janeiro // Marielle Franco y el futuro de Brasil: esperanza o barbarie // Se leyó en Parlamento de Río el discurso que la concejala asesinada no pudo dar // URUGUAY: COFE pide redefinir cuál es el “bloque de los cambios” // Regasificadora: Sindicato del gas analiza la situación el miércoles, tras caída del acuerdo con Shell // Neofascismos y malambos idelogicos en Uruguay. Parte II

Táctica y estrategia de la Revolución Latinoamericana (Parte I)

30 marzo 2018 CUBADEBATE
Por Ernesto Guevara de la Serna
La táctica enseña el uso de las fuerzas armadas en los encuentros y la estrategia, el
uso de los encuentros para alcanzar el objetivo de la guerra.
Karl von Clausewitz
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Hemos encabezado estas notas con la cita de una frase de Clausewitz, el autor militar que guerreó contra Napoleón, que teorizó tan sabiamente sobre la guerra y a quien Lenin gustaba citar por la claridad de sus conceptos, a pesar, naturalmente, de ser un analista burgués.
Táctica y estrategia son los dos elementos sustanciales del arte de la guerra, pero guerra y política están íntimamente unidas a través del denominador común, que es el empeño en lograr un objetivo definitivo, ya sea el aniquilamiento del adversario en una lucha armada, ya la toma del poder político.
No se puede, sin embargo, reducir a una fórmula esquemática el análisis de los principios tácticos y estratégicos que rigen las luchas guerreras o políticas. La riqueza de cada uno de estos conceptos solo puede medirse mediante la práctica combinada al análisis de las complejísimas actividades que encierran.
No hay objetivos tácticos y estratégicos inmutables. A veces, objetivos tácticos alcanzan importancia estratégica y, otras, objetivos estratégicos se convierten en meros elementos tácticos.
El estudio certero de la importancia relativa de cada elemento, es el que permite la plena utilización por las fuerzas revolucionarias de todos los hechos y circunstancias encaminadas al gran y definitivo objetivo estratégico, la toma del poder.  El poder es el objetivo estratégico sine qua non de las fuerzas revolucionarias y todo debe estar supeditado a esta gran consigna.
Para la toma del poder, en este mundo polarizado en dos fuerzas de extrema disparidad y absoluto choque de intereses, no puede limitarse al marco de una entidad geográfica o social. La toma del poder es un objetivo mundial de las fuerzas revolucionarias. Conquistar el porvenir es el elemento estratégico de la revolución, congelar el presente es la contrapartida estratégica que mueve las fuerzas de la reacción en el mundo actual, ya que están a la defensiva.
En esta lucha de características mundiales, la posición tiene mucha importancia. A veces es determinante. Cuba, por ejemplo, es una colina de avanzada, una colina que mira al amplísimo campo del mundo económicamente distorsionado de la América Latina que abre su antena, su ejemplo hecho luz a todos los pueblos de América. La colina cubana es de alto valor estratégico para los grandes contendientes que en este momento disputan la hegemonía al mundo: el imperialismo y el socialismo.
Distinto sería su valor, colocada en otra situación geográfica o social. Distinto era su valor cuando solo constituía un elemento táctico del mundo imperialista, antes de la Revolución. No aumenta ahora sólo por el hecho de ser una puerta abierta a América. A la fuerza de su posición estratégica, militar y política, une el poder de su influencia moral, los “proyectiles morales” son un arma de tan demoledora eficacia que este elemento pasa a ser el más importante en la determinación del valor de Cuba.
Por eso, para analizar cada elemento en la guerra o la política, no se puede hacer extracción del conjunto en que esta situado. Todos los antecedentes sirven para reafirmar una línea o una postura consecuente, con los grandes objetivos estratégicos. Llevada la discusión al terreno de América, cabe hacerse la pregunta de rigor: ¿Cuáles son los elementos tácticos que deben emplearse para lograr el gran objetivo de la toma del poder en esta parte del mundo? ¿Es posible o no en las condiciones actuales de nuestro continente lograrlo (el poder socialista, se entiende) por vía pacífica?
Nosotros contestamos rotundamente: en la gran mayoría de los casos, no es posible. Lo más que se lograría sería la captura formal de la superestructura burguesa del poder, y el tránsito al socialismo de aquel gobierno que, en las condiciones de la legalidad burguesa establecida llega al poder formal, deberá hacerse también en medio de una lucha violentísima contra todos los que traten, de una manera u otra, de liquidar su avance hacia nuevas estructuras sociales.
Este es uno de los temas más debatidos, más importantes también, y donde quizás nuestra Revolución tenga más puntos divergentes con otros movimientos revolucionarios de América. Nosotros debemos expresar con toda claridad nuestra posición y tratar de hacer un análisis del porqué.
América es hoy un volcán; no esta en erupción, pero está conmovida por inmensos ruidos subterráneos que anuncian su advenimiento. Se oyen por doquier esos anuncios.
La Segunda Declaración de La Habana es la expresión y concreción de esos movimientos subterráneos; trata de lograr la conciencia de su objetivo, vale decir, la conciencia de la necesidad y, más aún, la certeza de la posibilidad del cambio revolucionario. Evidentemente; este volcán americano no esta separado de todos los movimientos que bullen en el mundo contemporáneo en estos momentos de confrontación crucial de fuerzas entre dos poderosos conceptos de la historia.
Podríamos referirnos a nuestra patria con las siguientes palabras de la Declaración de La Habana: ¿Qué es la historia de Cuba sino la historia de América Latina? ¿Y qué es la historia de América Latina sino la historia de Asia, África y Oceanía? ¿Y qué es la historia de todos estos pueblos sino la historia de la explotación más despiadada y cruel del imperialismo en el mundo entero?
América, tanto como África, Asia y Oceanía, son partes de un todo donde las fuerzas económicas han sido distorsionadas por la acción del imperialismo. Pero no todos los continentes presentan las mismas características; las formas de explotación económica imperialista, colonialista o neocolonialista usadas par las fuerzas burguesas de Europa han tenido que afrontar, no solamente la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos de Asia, África u Oceanía, sino también la penetración del capital imperialista norteamericano. Esto ha creado distintas correlaciones de fuerzas en puntos determinados y ha permitido el tránsito pacífico hacia sistemas de burguesías nacionales independientes o neocolonialistas.
En América, no, América es la plaza de armas del imperialismo norteamericano, no hay fuerzas económicas en el mundo, capaces de tutelar las luchas que las burguesías nacionales entablaron con el imperialismo norteamericano, y por lo tanto, estas fuerzas, relativamente mucho más débiles que en otras regiones, claudican y pactan con el imperialismo.
Frente al drama terrible para los burgueses timoratos: sumisión al capital extranjero o destrucción frente a las fuerzas populares internas, dilema que la Revolución cubana ha profundizado con la polarización que significó su ejemplo, no queda otra solución que la entrega. Al realizarse ésta, al santificarse el pacto, se alían las fuerzas de la reacción interna con la reacción internacional más poderosa y se impide el desarrollo pacífico de las revoluciones sociales.
Caracterizando la situación actual, la Segunda Declaración de La Habana dice: En muchos países de América Latina la revolución es hoy inevitable. Ese hecho no lo determina la voluntad de nadie. Está determinada por las espantosas condiciones de explotación en que vive el hombre americano, el desarrollo de la conciencia revolucionaria de las masas, la crisis mundial del imperialismo y el movimiento universal de lucha de los pueblos subyugados.
La inquietud que hoy se registra es síntoma inequívoco de rebelión. Se agitan las entrañas de un continente que ha sido testigo de cuatro siglos de explotación esclava, semi-esclava y feudal del hombre, desde sus moradores aborígenes y los esclavos traídos de África hasta los núcleos nacionales que surgieron después: blancos, negros, mulatos, mestizos e indios, que hoy hermanan el desprecio, la humillación y el yugo yanqui, como hermana la esperanza de un mañana mejor.
Podemos concluir, pues, que, frente a la decisión de alcanzar sistemas sociales más justos en América, debe pensarse fundamentalmente en la lucha armada. Existe, sin embargo, alguna posibilidad de transito pacífico; está apuntada en los estudios de los clásicos del marxismo y sancionada en la Declaración de los 81 Partidos, pero en las condiciones actuales de América, cada minuto que pasa se hace más difícil para el empeño pacifista y los últimos acontecimientos vistos en Cuba muestran un ejemplo de cohesión de los gobiernos burgueses con el agresor imperialista, en los aspectos fundamentales del conflicto.
Recuérdese nuestra insistencia: transito pacífico no es logro de un poder formal en elecciones o mediante movimientos de opinión pública sin combate directo, sino la instauración del poder socialista, con todos sus atributos, sin el uso de la lucha armada. Es lógico que todas las fuerzas progresistas no tengan que iniciar el camino de la revolución armada, sino utilizar hasta el último minuto la posibilidad de la lucha legal dentro de las condiciones burguesas. Lo importante, como lo señala la Declaración de los 81 Partidos*.
En relación con la forma que han de adoptar los movimientos revolucionarios luego de tomar el poder, surgen cuestiones de interpretación muy interesantes. Caracterizando la época, la Declaración de los 81 Partidos dice:
Nuestra época, cuyo contenido fundamental lo constituye el paso del capitalismo al socialismo, iniciado por la Gran Revolución Socialista de Octubre, es la época de la lucha de dos sistemas sociales diametralmente opuestos; la época de las revoluciones socialistas y de las revoluciones de liberación nacional; la época del hundimiento del imperialismo, de la liquidación del sistema colonial, la época del paso de más y más pueblos al camino socialista; la época del triunfo del socialismo y del comunismo en escala universal.
El principal rasgo de nuestra época consiste en que el sistema socialista mundial se va convirtiendo en el factor decisivo del desarrollo de la sociedad humana.
Se establece que, aún cuando es muy importante la lucha por la liberación de los pueblos, lo que caracteriza el momento actual es el tránsito del capitalismo al socialismo.

En todos los continentes explotados existen países en los cuales los regímenes sociales han alcanzado distinto grado de desarrollo, pero casi todos ellos presentan la característica de tener fuertes estratos sociales de carácter feudal y gran dependencia de capitales foráneos.
Lógico sería pensar que en la lucha por la liberación, siguiendo la escala natural del desarrollo, se llegara a gobiernos de democracia nacional con predominio más o menos acentuado de las burguesías y, de hecho, esto ha ocurrido en muchos casos. Sin embargo, aquellos pueblos que han debido recurrir a la fuerza para lograr su independencia han avanzado más en el camino de las reformas sociales y muchos de ellos han entrado al socialismo. Cuba y Argelia son los últimos ejemplos palpables de los efectos de la lucha armada en el desarrollo de las transformaciones sociales. Si llegamos a la conclusión de que en América la vía pacífica está casi liquidada como posibilidad, podemos apuntar que es muy probable que el resultado de las revoluciones triunfantes en esta región del mundo dará por resultado regímenes de estructura socialista.
Para llegar a esto correrán ríos de sangre. Argelia, que aún no ha restañado sus heridas, el Vietnam que sigue sangrando, Angola, luchando brava y solitariamente por su independencia, Venezuela, cuyos patriotas hermanados con la causa cubana han demostrado en estos días la más alta y expresiva forma de solidaridad con nuestra Revolución, Guatemala, en lucha difícil, subterránea casi, son ejemplos palpables.
La sangre del pueblo es nuestro tesoro más sagrado, pero hay que derramarla para ahorrar más sangre en el futuro.
En otros continentes se ha logrado la liberación frente al colonialismo y el establecimiento de regímenes burgueses más o menos sólidos. Esto se ha hecho sin violencia o casi sin ella, pero debe suponerse, siguiendo la lógica de los acontecimientos hasta el momento actual, que esta burguesía nacional en desarrollo constante, en un momento dado entra en contradicciones con otras capas de la población; al cesar el yugo del país opresor, cesará como fuerza revolucionaria y se transformará a su vez en clase explotadora, reanudándose el ciclo de las luchas sociales. Podrá o no avanzarse en este camino por vía pacífica, lo cierto es que indefectiblemente estarán frente a frente los dos grandes factores en pugna: los explotados y los explotadores.
El dilema de nuestra época, en cuanto a la forma de tomar el poder, no ha escapado a la penetración de los imperialistas yanquis. Ellos también quieren “transito pacífico”. Están de acuerdo en liquidar las viejas estructuras feudales que todavía subsisten en América, y en aliarse a la parte más avanzada de las burguesías nacionales, realizando algunas reformas fiscales, algún tipo de reforma en el régimen de tenencia de la tierra, una moderada industrialización, referida preferentemente a artículos de consumo, con tecnología y materias primas importadas de los Estados Unidos.
La fórmula perfeccionada consiste en que la burguesía nacional se alía con intereses extranjeros, crean juntos, en el país dado, industrias nuevas, obtienen para estas industrias ventajas arancelarias de tal tipo que permiten excluir totalmente la competencia de otros países imperialistas y las ganancias así obtenidas pueden sacarse del país al amparo de negligentes regulaciones de cambio.
Mediante este sistema de explotación, novísimo y más inteligente, el propio país “nacionalista” se encarga de proteger los intereses de los Estados Unidos promulgando tarifas arancelarias que permitan una ganancia extra (la que los mismos norteamericanos reexportarán a su país) Naturalmente, los precios de venta del artículo, sin competencia alguna, son fijados por los monopolios.
Todo esto está reflejado en los proyectos de la Alianza para el Progreso, que no es otra cosa que el intento imperialista de detener el desarrollo de las condiciones revolucionarias de los pueblos mediante el sistema de repartir una pequeña cantidad de sus ganancias con las clases explotadoras criollas y convertirlas en aliados firmes contra las clases más, explotadas. Es decir, suprimir las contradicciones internas del régimen capitalista hasta el máximo posible.
Como ya dijimos, no hay en América fuerzas capaces de intervenir en esta lucha económica, y por lo tanto, el juego del imperialismo es bastante simple. Queda como única posibilidad el desarrollo cada vez más impetuoso del mercado común europeo, bajo la dirección germana, que pudiera alcanzar la fuerza económica suficiente como para competir en estas latitudes con los capitales yanquis, pero el desarrollo de las contradicciones y su solución violenta en estos tiempos es tan rápida, tan eruptiva, que da la impresión de que América será mucho antes campo de batalla entre explotados y explotadores, que escenario de la lucha económica entre dos imperialismos. Vale decir: las intenciones de la Alianza para el Progreso no cristalizarán porque la conciencia de las masas y las condiciones objetivas han madurado demasiado para permitir tan ingenua trampa.
Lo determinante en este momento es que el frente imperialismo-burguesía criolla es consistente. En las últimas votaciones de la O.E.A., no ha habido voces discordantes en los problemas fundamentales y sólo algunos gobiernos han tapado púdicamente sus desnudeces con el taparrabos de fórmulas legalistas sin denunciar nunca la esencia agresora, contraria a todo derecho, de estas resoluciones.
Publicado en la revista Verde Olivo, el 6 de Octubre de 1968


BRASIL

Brasil: Marielle y los marcados para morir

El asesinato de la concejala Marielle Franco ha puesto sobre la mesa varios de los males que aquejan a Brasil: no sólo es el país donde más se asesina a homosexuales, jóvenes negros, y campesinos; también es el lugar donde mueren más defensores de los Derechos Humanos.
Protesta en Río de Janeiro por el asesinato de Marielle Franco. | REUTERS
Protesta en Río de Janeiro por el asesinato de Marielle Franco. | REUTERS
La vemos en las calles. En los muros. En las aceras. En las camisetas de la gente. Incluso tatuada en los cuerpos. Su caballera negra sostenida por un turbante y su sonrisa infinita están en cada esquina de Rio de Janeiro. También en Sao Paulo. Recife. Belo Horizonte.
"Tenemos que ocupar con nuestros cuerpos todos los espacios", dijo Marielle Franco en la Rueda de Conversaciones Mujeres Negras Moviendo Estructuras, el último acto donde se la vio con vida. Hoy todas sus frases resuenan como premonitorias: "¿Cuántas personas más tienen que morir para que esto acabe?", dijo 24 horas antes de recibir cuatro disparos en la cabeza.
Se refería a la guerra que desde hace años enfrenta a la policía carioca con los vecinos de las favelas. Se refería a la actuación de las Fuerzas Militares que desde hace cincuenta días gestionan la Seguridad Pública de Rio de Janeiro. Esta concejala también era la encargada de evaluar en la Asamblea Legislativa el trabajo de los hombres de verde.
Marielle Franco, de 38 años, nacida y criada en la favela de La Maré, estaba acostumbrada a lidiar con la muerte y la violencia. Ella optó por enfrentarlas. El asesinato de una de sus mejores amigas cuando tenía 21 años fue el detonante para hacer de su vida un camino de lucha contra las injusticias. Un ejemplo de como se puede ir contra las estadísticas, pulverizar los clichés.
Negra y también madre adolescente. Universitaria. Licenciada en Sociología y con un Master en Administración Pública. Lesbiana. Siempre en la favela. Con su gente y por su gente se dedicó a defender los derechos de las minorías, y el de las mayorías pobres. Denunció la violencia policial, el racismo institucionalizado, el asesinato y las violaciones de mujeres. Cuando había un derecho vulnerado, allí estaba Marielle como la Mujer Maravilla, dispuesta a todo. Dicen que por eso la mataron: "Lo único que sabemos es que la asesinaron por sus ideas", nos dice César Muñoz, de Human Rights Watch Brasil (HRW). "La mataron por hacer las cosas bien", rubrica una de sus compañeras, quien prefiere no dar su nombre.
"El asesinato de Marielle tiene dirección (favela) color (negra) y género (mujer)"
El rostro de Marielle ha entrado en la galería de mitos como el del periodista brasileño Vladimir Herzog, asesinado durante la dictadura en Sao Paulo, y que los militares quisieron hacerle pasar por un suicida. O el del ambientalista Chico Mendes al que le pegaron un tiro en el jardín de su casa. La muerte de Marielle también sacó a miles de brasileños de sus casas para gritar "basta".
Esta concejala —la quinta más votada de Río de Janeiro—, activista, mujer y madre despertó a la Ciudad Maravillosa de la anestesia de violencia y miseria en la que estaba sumida desde el final de los Juegos Olímpicos. Y es que en Río de Janeiro los tiros también adormilan, encierran, hacen callar. Pero esas cuatro balas de 9 mm que arrancaron la vida de la "cría de La Maré” —así se hacía llamar— tuvieron el efecto contrario. Al menos los primeros días, cuando en la plaza de Cinelandia miles de cariocas acompañaron un acto ecuménico que más que una despedida, fue un homenaje. Y en los días siguientes, con actos en otras plazas y ciudades, en universidades, en avenidas, en centros sociales.

Marcados para morir

"El asesinato de Marielle tiene dirección (favela) color (negra) y género (mujer)", afirma Alice De Marchi, investigadora de la ONG Justicia Global que se centra en los Derechos Humanos y en la protección de activistas de esta área. "Y orientación sexual", añade.
"Era una mujer negra, lesbiana, de origen humilde en una de las Asambleas Legislativas más retrógradas del país. Su muerte toca a muchos movimientos sociales, ella representaba todas las causas que son ninguneadas en el país, por eso hemos visto a miles de personas en la calle", explica De Marchi.
La repercusión internacional del crimen también ha sido excepcional. Naciones Unidas ha exigido al gobierno brasileño máxima celeridad en la investigación de los hechos: "Pedimos a las autoridades brasileñas que hagan todos los esfuerzos posibles para resolver este asesinato, revisen sus decisiones a la hora de gestionar la Seguridad Pública e intensifiquen la protección a los defensores de derechos humanos que son hoy más vulnerables que nunca", dijo el organismo internacional esta semana en un comunicado.
La muerte de Franco ha puesto al descubierto varios de los demonios de Brasil, el país donde más se asesina a homosexuales, jóvenes negros, y campesinos y, junto a Colombia y México, el lugar del mundo donde mueren más defensores de  los Derechos Humanos. Tres de cada cuatro activistas son asesinados en América Latina, recuerda la ONG Global Witness.
El pasado año en Brasil murieron 66 activistas de los derechos humanos, diez más que en 2016. Y en lo que va de 2018 han ejecutado a otros doce. Aunque la mayoría de las víctimas son activistas vinculados con problemas del campo y de lucha por la tierra, desde Amnistía Internacional recuerdan que en el último año han aumentado el número de víctimas que defendían causas relacionadas con la exclusión social y las minorías.
El pasado año en Brasil murieron 66 activistas de los derechos humanos, diez más que en 2016. Y en lo que va de 2018 han ejecutado a otros doce
Los que denuncian la violencia y los abusos policiales, como hacía Marielle desde la Asamblea de Río de Janeiro, son otro de los grupos más vulnerables. "Han querido dar un recado asesinando a un miembro del poder legislativo", dice De Marchi. Los activistas que llevan años haciendo las mismas denuncias, pero desde las favelas, hoy están asustados; algunos han abandonado sus hogares por miedo a represalias: "Buscaban provocar miedo y en parte lo han conseguido porque piensan que si tocaron a una concejala, qué les puede pasar a ellos", dice la investigadora de Justicia Global.
Los parecidos del caso de Marielle con el de la juez Patricia Acioli, ejecutada con 21 tiros cuando volvía a su casa de Niteroi en agosto de 2011 son estremecedores. Ambas mujeres, en posiciones de poder, una en el Legislativo y otra en el Judicial, que se dedicaban a combatir la violencia del Estado y a vigilar "los excesos" de las fuerzas del orden. La jueza Acioli había metido en la cárcel a sesenta policías que pertenecían a milicias y que habían cometido diversos crímenes.
A Patrícia la mataron once policías militares. Su nombre estaba en una lista de "marcados para morir", como llaman a los objetivos ejecutables. Marielle también tenía su nombre marcado, pero no se sabe por quién. La información que se tiene es que el coche en el que iba recibió trece tiros, la munición pertenecía a la Policía Federal (aunque es común que se trafique con municiones) y había sido utilizada en 2015 en las masacres de Osasco y Barueri (Sao Paulo) donde mataron a 17 personas. No se sabe si fue pistola o ametralladora, cuántos dispararon, quiénes eran, quién puso el nombre en la lista.
Desde Human Rights Watch reconocen que el gobierno brasileño hace un "trabajo ineficiente" a la hora de proteger a los defensores de Derechos Humanos. La investigadora de Justicia Global es más dura: "El Estado no hace nada por ellos, la situación es de extrema vulnerabilidad y el gobierno que tenemos además de ilegítimo —Michel Temer alcanzó la presidencia a través de un polémico impeachment— es extremadamente conservador, solo hay que ver que ha optado por poner la seguridad de Río de Janeiro en mano de los militares", dice De Marchi, quien también es crítica con el Programa de Protección de Defensores de los Derechos Humanos que ampara a 342 activistas: "Deberían proteger a muchos más que lo solicitan. Han muerto decenas de ellos esperando esa protección".

Brasil: ¿Qué son los Derechos Humanos?

Pero si el Estado se preocupa poco por los Derechos Humanos, buena parte de la sociedad brasileña todavía menos. Según datos del Observatorio de la Violencia de la Universidad Estatal de Rio de Janeiro, el 40% de los brasileños apoya la frase que dice "bandido bueno, bandido muerto". El segundo candidato favorito para las elecciones presidenciales de octubre, el ex militar Jair Bolsonaro, asegura que los defensores de derechos humanos defienden a vagos o a narcotraficantes, una afirmación que se repite en las calles junto con otra frase hecha: "Si te preocupan los derechos de los bandidos, llévate uno a tu casa".
Por eso no fue de extrañar que tras el asesinato de Marielle, diversas webs se llenaran de fake news que asociaban a la concejala con narcotraficantes de la facción Comando Vermelho. A los pocos días se demostró la falsedad de las especulaciones: "Querían desprestigiar a Marielle, como hacen siempre con los defensores de los pobres", dice la investigadora de Justicia Global, Alice De Marchi.
"En Brasil no hemos tenido ni memoria, ni verdad, ni justicia para las víctimas del régimen militar. Nunca se ha responsabilizado a nadie, como si nada hubiera pasado"
El periódico carioca Extra publicó un artículo para mostrar su rechazo a los comentarios violentos de sus lectores hacia la concejala y en una de sus páginas ofreció una larga explicación sobre el significado de los Derechos Humanos y puso algunos de los artículos fundamentales de la Declaración de París como ejemplo.
Según el investigador de HRW, César Muñoz, Brasil es "un país muy desigual, clasista y racista en el que cuando se dice que los Derechos Humanos defienden a los minorías, la sociedad los rechaza porque tienen una visión anquilosada en el siglo XVII".
Di Marchi recuerda que la historia de Brasil está marcada por 300 años de esclavitud y por un país que tuvo una de las dictaduras más largas de la región y miró hacia otro lado: "No hemos tenido ni memoria, ni verdad, ni justicia para las víctimas del régimen militar. Nunca se ha responsabilizado a nadie, como si nada hubiera pasado. Vulnerar derechos pasa en blanco, se permite, está legitimado por el estado que no se responsabiliza de nada. Eso deja huellas en la sociedad, marcas de conservadurismo y de intransigencia aceptadas como cotidiana", dice esta socióloga a quien a pesar de todo le gana el optimismo: "La muerte de Marielle ha iluminado problemas gravísimos de nuestra sociedad, y aunque también ha traído miedo, sobre todo ha provocado más ganas de luchar y de defender las causas que una vez más han querido silenciar".


"El asesinato de Marielle es resultado de la militarización de Río, y por lo tanto, del golpe contra Rousseff"

Nalu Faria, dirigente feminista de Brasil, califica de “ejecución” el asesinato de la activista y concejal de Rio, y denuncia  el estado de alerta en el que se encuentran las organizaciones populares del país
La dirigente feminista brasileña Nalu Faria
La dirigente feminista brasileña Nalu Faria
Brasil y el mundo amanecieron conmocionados por el brutal asesinato contra la militante feminista Marielle Franco. Era concejala por el partido PSOL, activista por los DDHH y luchaba en favor de los derechos de las mujeres y la población negra de las regiones más empobrecidas de Río de Janeiro. En la noche del miércoles, fue acribillada mientras se desplazaba en su automóvil.
Previo a su muerte, Marielle se había destacado por sus críticas contra la violencia policial, y se había opuesto a la militarización de Río, decretada por el presidente Michel Temer.
La referente feminista Nalu Faria, una de las coordinadoras de la Marcha Mundial de Mujeres que organiza acciones feministas en los cinco continentes, dialogó con NODAL desde una de las marchas convocadas en Brasil para exigir justicia por Marielle Franco. Esta dirigente nacional explica el contexto en el que se perpetró la “ejecución” contra Marielle, y relata el estado de alerta en el que se encuentran las diferentes organizaciones populares.

¿Por qué cree que asesinaron a Marielle Franco?

Marielle era una concejala de una ciudad de Río de Janeiro. Fue una de las más votadas en las últimas elecciones. Era una mujer negra, nacida y criada en la favela de Maré, una de las más grandes de Río, donde hay mucha violencia pero también hay mucha resistencia y organización popular. Era feminista y, además, hasta este momento estaba como coordinadora y relatora de una comisión para monitorear la intervención militar de Río de Janeiro. Así que todo indica que su asesinato fue una ejecución, por la manera en que fue acribillada. Asimismo lo que se exige en este momento es una investigación rápida y eficaz. Las sospechas recaen en torno al rol que ella estaba jugando en esta comisión y además por las denuncias ha hecho en la última semana sobre los abusos policiales en otra favela de Río llamada Acari.

¿Qué responsabilidad tiene el gobierno de Michel Temer?

Lo que los movimientos y la gente en general están hablando aquí en Brasil es que este asesinato es el resultado de la intervención militar de Río y, por lo tanto, un resultado del golpe. En el gobierno de Temer, desgraciadamente, se ha incrementado demasiado la violencia y la represión de la policía así como la criminalización de la lucha y la protesta. En este contexto, la gente de izquierda y Marielle en particular como militante del PSOL -de fuerte rol opositor- y muy comprometida con las luchas se convierte en blanco de estas persecuciones.

Hay una fuerte conmoción en Brasil por este brutal asesinato, ¿cómo repercute en el panorama político?

Hace mucho aquí vivimos una situación de inseguridad y, por supuesto, una de las cosas que más hace actualmente el gobierno es propagar el miedo. Algo que tiene un impacto grande en todos los sectores de izquierda. Lo mismo puede decirse de la persecución contra Lula y el intento de encarcelarlo sin pruebas. Porque todos los movimientos saben que no es solamente Lula quien está en la mira de los golpistas. El blanco justamente son también las izquierdas, los movimientos sociales, las organizaciones de mujeres, de negros y negras, de la juventud, los sindicales. Pero, claro, empezaron por Lula por todo el simbolismo que carga. Así que todo esto, sumado al inesperado asesinato de Marielle nos deja en situación de alerta.
Centenares de personas acuden a las puertas de las Cámara Municipal de Río de Janeiro para asistir al funeral de la concejala y activista brasileña Marielle Franco, asesinada anoche en el centro de esa ciudad. EFE/Antonio Lacerda
Centenares de personas acuden a las puertas de las Cámara Municipal de Río de Janeiro para asistir al funeral de la concejala y activista brasileña Marielle Franco, asesinada anoche en el centro de esa ciudad. EFE/Antonio Lacerda
Digo inesperado porque, por lo que trascendió, no hubo amenazas contra ella. Sí hay contra dirigentes quienes hace años están amenazados por las milicias paramilitares de Río de Janeiro y toman sus precauciones. En este momento, ya se organizaron varios actos políticos y vigilias en muchas capitales, lo que es una muestra de la respuesta que hay desde la movilización popular. Y así seguiremos por la lucha que tenía Marielle y tantos compañeros y compañeras en Brasil, y no nos vamos a dejar amedrentar y seguiremos peleando por la democracia, la justicia, y para poder transformar la realidad brasileña en favor de la igualdad. Nos movilizamos para exigir justicia por Marielle, pero también para exigir que no se siga matando. No queremos ningún muerto y ninguna muerta más.

Violencia

Asesinan a concejal brasileña Marielle Franco en Río de Janeiro

La concejal fue asesinada al retirarse de un evento del movimiento negro al que asistió este miércoles

El asesinato de Marielle Franco fue catalogado como "crisis de seguridad pública" - Créditos: Mídia Ninja
El asesinato de Marielle Franco fue catalogado como "crisis de seguridad pública" / Mídia Ninja
La concejal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) de Brasil, Marielle Franco, fue asesinada este miércoles al recibir impacto de bala en el auto en el que se trasladaba en el centro de Río de Janeiro.
Franco se trasladaba en un vehículo junto a un conductor, que también falleció, y su asesora Fernanda Chaves, quien sobrevivió.
Fuentes policiales reseñaron que el auto recibió ocho impactos de bala, y se prevé que otro auto chocó con el de la concejal de izquierda.
>> MINUTO A MINUTO | ACOMPAÑE LAS REPERCUSIONES DEL ASESINATO DE MARIELLE FRANCO <<
Marielle fue concejal y activista de los derechos humanos (DDHH) así como una de las voces más combatientes contra la ocupación militar de las favelas de río de Janeiro.
Un día antes de su asesinato, la joven socióloga había denunciado la acción brutal y los continuos abusos de DDHH por parte del ejército en la región de Irajá, en la comunidad de Acari.
La división de homicidios de la policía investigan el asesinato en la región central de Río, hasta ahora los hechos señalan que los responsables sabían el lugar exacto que la parlamentaria ocupaba dentro del vehículo y que los disparos se realizaron de atrás para adelante.
No fueron sustraídos los objetos personales de ninguna de las personas que estaban a bordo del carro por lo que la principal línea de investigación es la ejecución.
El carro en el que se dirigía Marielle Franco, Anderson Pedro Gomes (conductor) y Fernanda Chaves, asesora de Franco era un Chevrolet Agile blanco con vidrios oscuros.
Marielle Franco representaba las banderas del feminismo y de los derechos humanos, llevó el debate electoral para la defensa de los vecinos de las favelas y presentó el proyecto para la creación del Dossier de la Mujer Carioca, compilando datos sobre la violencia de género en el municipio.
Edición: teleSUR

Asesinan a la concejala y activista Marielle Franco, crítica de la intervención del Ejército en Río de Janeiro

El presidente de Brasil, Michel Temer, ha calificado de "extrema cobardía" el asesinato de la concejala y ofrece el apoyo de la policía federal en las investigaciones
La concejala Marielle Franco en noviembre de 2017. EFE
La concejala Marielle Franco en noviembre de 2017. EFE
La concejala del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL, oposición) Marielle Franco, convertida en una dura crítica de la intervención del Ejército en la seguridad de Río de Janeiro, fue asesinada a balazos hoy en el centro de esta ciudad brasileña, informaron fuentes oficiales.
Marielle Franco, conocida activista de los derechos humanos que fue la quinta más votada en las elecciones de 2016 para el Concejo de Río de Janeiro, fue tiroteada cuando transitaba en su vehículo por una calle del centro de la ciudad anoche tras haber participado en un acto político.
"Otro homicidio de un joven que puede entrar en la cuenta de la Policía. Matheus Melo estaba saliendo de la iglesia ¿Cuántos más tienen que morir para que esta guerra acabe?", preguntó la política en un mensaje en el que criticó una operación policial que terminó con la muerte.
En el ataque también murió el conductor de su vehículo mientras que una asesora de la política identificada como Fernanda Chaves sufrió heridas sin gravedad.
La Policía Civil de Río de Janeiro informó de que el ataque lo efectuaron pistoleros que estaban en otro vehículo y que dispararon indiscriminadamente y huyeron sin robar nada.
Pese a que los investigadores admitieron que no hay indicios de que se tratara de un asalto, hasta ahora no han calificado el crimen como un atentado político.
El presidente de Brasil, Michel Temer, ha calificado de "extrema cobardía" el asesinato de la concejala y ofrece el apoyo de la policía federal en las investigaciones. "El crimen no quedará impune", dijo Temer en un mensaje en las redes sociales, en el que expresó su solidaridad con familiares y amigos de Franco.
El ataque se produjo un día después de que la concejala volviera a criticar la intervención en la seguridad de Río de Janeiro en un mensaje en las redes sociales.
Franco, que se caracterizó en la carrera política por su trabajo en defensa de los derechos humanos, especialmente de las mujeres negras como ella, ya había publicado otros mensajes cuestionando la violencia de la Policía en Río de Janeiro.
La legisladora, una socióloga de 38 años procedente de las favelas de Maré, una de las áreas más violentas de Río de Janeiro, era la relatora de la comisión del Concejo creada para fiscalizar las operaciones policiales en el marco de la intervención militar.
El crimen ocurrió casi un mes después de que el presidente brasileño, Michel Temer, decretara una intervención federal en la seguridad de Río de Janeiro para combatir la ola de violencia que afecta al estado más emblemático de Brasil desde los Juegos Olímpicos de 2016.
La decisión cede a los militares el control de la seguridad en Río hasta finales de 2018 tras la ola de violencia que el año pasado causó 6.731 muertes, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y diez niños alcanzados por "balas perdidas".
El PSOL, uno de los partidos más críticos de la intervención, presentó esta semana un recurso en el que le solicitó a la Corte Suprema que declare la medida como inconstitucional.

AI pide "una investigación inmediata y rigorosa"

Amnistía Internacional (AI) pidió al Estado brasileño garantizar "una investigación inmediata y rigorosa" por el asesinato Marielle Franco. "El Estado, a través de los diversos órganos competentes, debe garantizar una investigación inmediata y rigurosa del asesinato de la concejala de Río de Janeiro", señala la organización internacional en un comunicado urgente divulgado en la madrugada de hoy.
Centenares de personas a las puertas de las Cámara Municipal de Río de Janeiro para asistir al funeral de la concejala brasileña Marielle Franco. EFE
Centenares de personas a las puertas de las Cámara Municipal de Río de Janeiro para asistir al funeral de la concejala brasileña Marielle Franco. EFE
"No pueden quedar dudas acerca del contexto, motivación y autoría del asesinato de Marielle Franco", puntualiza AI en el texto.
AI recuerda que la concejala era reconocida por su histórica lucha por los derechos humanos, especialmente por la "defensa de los derechos de las mujeres negras, y de los moradores de favelas y periferias", así como por la "denuncia de la violencia policial".



Crimenes políticos: La ejecución de Marielle Franco y la intervención militar en Rio de Janeiro


Por Laura Kehoe *

Cuando salía de una actividad por los 21 días de activismo contra el racismo la ejecutaron. Fue la policía, o la para-policia. Marielle Franco, concejala desde hacía un año por el Partido Socialismo e Liberdade (PSOL) del municipio de Rio de Janeiro, fue la quinta candidata más votada de la ciudad. Una parte importante de los votos que la eligieron, fueron de La Maré, complejo de favelas en el que se crió. Fue nombrada recientemente relatora de la comisión parlamentar que va a acompañar la intervención militar en la seguridad pública del Estado. El 10 de marzo, cuatro días antes, había denunciado la truculenta acción policial del Batallón 41 de la Policía Militar en la favela de Acarí, zona norte de la ciudad.
Durante varios años fue asesora del diputado Marcelo Freixo, y en ese marco investigó a las organizaciones criminales conocidas como “milicias”.   En 2014 como trabajo de conclusión de maestría, escribió un texto que llamó: UPP - la reducción de la favela a tres letras: un análisis de la política de seguridad pública en el estado de Rio de Janeiro. En este trabajo expresa una comprensión de la política de seguridad pública en los territorios de favelas como estrategia de contención de las masas excluidas, sobrantes, de este sistema, y su reducción a espacios ghetificados, tanto en los territorios como en las prisiones.
Durante su mandato Marielle también se ocupaba de otras formas de la opresión que le atravesaban el cuerpo de mujer negra, feminista, bisexual, madre, periférica, y en ese proceso fue abriendo espacio y ofreciéndole voz a otros y otras que como ella hacían de esas opresiones banderas de lucha. Es cierto que hay cosas que el poder no tolera que se miren y menos que digan, y no es menos cierto que hay gente a la que se le tolera menos que a otra.

“Sin hipocresía, esa policía mata gente todos los días”
Una de las palabras de orden que sonaron durante el velorio de Marielle, el jueves 15 frente al consejo deliberante de Rio de Janeiro. Es cierto que en esta ciudad la policía militar mata gente todos los días, las mata en la periferia, dentro de las favelas, lo que más mata es gente negra, pobre, mujeres negras, jóvenes negros, niños negros. El racismo de las instituciones les mata, y el de la cultura brasilera ignora que les mataron. La escusa es la guerra contra el narcotráfico, pero la efectividad de esa estrategia es nula en relación con ese objetivo.
El Batallón 41 es conocido como uno de los más truculentos de la ciudad y se le imputan varios casos de asesinato de vecinos de la región, entre los más renombrados la desaparición de 11 jóvenes en 1990, sobre los que se negoció un rescate, pero nunca aparecieron. Sus madres se organizaron para denunciar y pedir justicia ya que no tenían respuestas de la justicia institucional, dos de ellas tres años después fueron emboscadas e asesinadas. También se le imputa la masacre de Costa Barros, en 2015, en la que 5 jóvenes fueron acribillados dentro de un auto, por 111 tiros. También el asesinato de Maria Eduarda em 2017, adolescente de 13 años que fue alcanzada por un tiro en el patio de la escuela, durante una invasión del batallón a Acarí. El último dato disponible indica que entre 2013 y 2016 los autos de resistencia, que es cuando la policía mata supuestamente en legítima defensa pasaron de 57 a 117.  Se encuentran culpables para esos crímenes más tarde o más temprano, dos o tres policías, algún otro cómplice, en general gracias a la movilización de los vecinos y familiares, eso no significa que la truculencia policial acabe.

La intervención

Hace un mes, enseguida después del carnaval, en el que varias Escolas de Samba denunciaron el sistema político,  el racismo y la violencia que estructuran esta sociedad, el gobierno golpista de Michel Temer decretó una intervención militar en la seguridad pública de Rio de Janeiro. El argumento que funda la intervención insiste en la violencia que asola esta ciudad y el combate al narcotráfico. Sin embargo, en el Anuario de Seguridad Pública Rio de Janeiro es la décima ciudad en el ranking de la violencia urbana.
La intervención también es parte de una estrategia que persigue un objetivo político que se distancia de la seguridad pública. La coalición golpista que gobierna desde 2016 se propuso a introducir una serie de contra-reformas que buscan fortalecer al capital en crisis, violando y eliminando todos los derechos sociales, impulsando amplios contingentes de personas a condiciones de vida cada vez más miserables.  Se trata del proyecto de enmienda constitucional  que congela el gasto público por veinte años, conocida como PEC dos gastos , la reforma laboral y de la previdencia social. Consiguieron aprobar las dos primeras, pero la reforma de la previdencia social está empantanada. La intervención militar suspende el tratamiento parlamentar de la reforma, y les permite pilotear la crisis de hegemonía que la coalición golpista enfrenta. Funciona también como recurso preventivo que permitiría, en el caso de que no consigan un candidato de consenso, suspender las elecciones del próximo octubre.
El ejército brasilero no es novato en asuntos de represión en áreas urbanas, es por tod@s conocido el protagonismo que asumió durante la intervención de las Naciones Unidas en Haití, donde se entrenó en la represión a los movimientos populares, movilizaciones estudiantiles y operarias. Además del ejército la representación brasilera en la Minustah, fue integrada por representantes de la policía militar de Rio de Janeiro. Inclusive desarrollaron en Cité Soleil, la mayor favela de Puerto Príncipe, una tecnología de control territorial que consiste en el establecimiento de puntos fuertes dentro del territorio con delimitación de un perímetro de militarización que funcionó posteriormente como base tecnológica para el establecimiento de las UPP´s .
Las organizaciones comunitarias y los movimientos sociales denuncian que, así como ocurrió en otras intervenciones, la intervención militar no redundará en una disminución de la violencia urbana y si, como ya ocurrió, en más truculencia hacia las poblaciones periféricas.

Las balas

Sabemos ahora que las balas 9 mm. con las que ejecutaron a Marielle Franco y que también alcanzaron al chofer del auto Anderson Pedro, fueron compradas por la policía Federal de Brasilia a la Companhia Brasileira de Cartuchos en 2006, pero estaban perdidas. El ministro de Seguridad Pública, Raúl Jungmann, afirmó hace dos días que las balas habían sido robadas de los Correros en el estado de Paraíba, pero el titular de los Correos Guilherme Campos Junior lo niega.
Las balas son de la misma partida de otras utilizadas en la masacre de Osasco, en el área metropolitana de São Paulo em 2015, en la que 23 hombres fueron ejecutados. Los que dispararon las balas que causaron la masacre fueron condenados a más de cien años de prisión, pero hay otros, en otro lugar, que las vuelven a disparar. Las balas “perdidas” aparecen, y por lo que parece están siempre próximas a los circuitos policiales, y permiten levantar sospechas sobre la reticularidad de los esquemas de exterminio.

Los cambios en la doctrina de seguridad pública.

Resisten en las estructuras jurídicas e institucionales algunas garantías que fueron conquistadas en otro momento de la relación entre los capitalistas y os trabajadores. El capital alcanzó tal grado de crisis que se reproduce con mucha dificultad, apelando a estrategias cada vez más letales.  Ya no hay excedente para negociar, y cada vez sobra más gente. El capital necesita una nueva ronda de acumulación primitiva, y sus propietarios están dispuestos a la violencia que ello implica. La “nueva doctrina” de seguridad busca desarticular la resistencia popular al avance de las cadenas productivo-extractivas, a la desarticulación de los marcos regulatorios del trabajo y la seguridad social, y a la destrucción del ambiente.
En el marco de esas transformaciones, otros estados se proponen la construcción de un enemigo interno que les permita militarizar los territorios. En Argentina y Chile el blanco de esa operatoria viene siendo el pueblo Mapuche. En Brasil no es necesario inventarlo, mucho menos en Rio de Janeiro, existe desde hace tiempo. El enemigo interno es encarnado por los jóvenes, en general negros, periféricos que participan del comercio minorista de drogas.  El combate al narcotráfico, centrado en el comercio minorista, funciona como recurso de retórica que permite mantener el gran comercio de drogas y armas en el que Brasil participa como territorio de tránsito, entre las zonas de producción y los territorios de consumo.

El cambio en la doctrina de la seguridad ataca directamente la institucionalidad republicana. En los ataques a la resistencia territorial Mapuche en Argentina, el gobierno nacional, representado por la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, pretendió darle a los agentes de seguridad poder de invadir los territorios sin mandato judicial. Al mismo tiempo, en Brasil, el general Augusto Heleno, general que comandó las tropas brasileras en Haití, sugirió que las operaciones de la intervención fueran acompañadas por jueces que habilitaran in loco mandatos colectivos para un determinado territorio, como de hecho sucedió en Haití. Como en otros tiempos las estrategias de seguridad son regionales y se construyen de manera centralizada.

La ejecución de Marielle Franco, no es ajena a todo ese contexto. Quienes fueron? Por que lo hicieron? No hay certezas, pero tampoco muchas dudas. Esos sentidos se disputan en los medios, en las redes sociales, y también se disputan en la calle. Los medios de comunicación intentaron hacerlo aparecer como un robo producto de la inseguridad urbana, pero esa versión cayó rápidamente. La masiva reacción popular, local e internacional en las calles afirmó la certeza de que es un crimen político. Cuando no hubo mayores dudas de que la policía está involucrada, entonces comenzaron a aparecer elementos que levantan suspicacias sobre la participación de las milicias, incluso de forma tosca pretendieron vincularla a sectores del narcotráfico, y hacer aparecer un crimen político como un ajuste de cuentas. Aparece como una cuestión de policías corruptos que habrían dado un tiro por elevación contra la intervención militar que vendría a acabar con sus negocios ilegales.
Es posible que el móvil del crimen tenga algo que ver con los negocios y corruptelas de la policía local y las organizaciones para-policiales, que existen de forma profundamente imbricada. Es posible que tenga que ver con los limites potenciales que las denuncias de la concejala les ofrecía. Lo que no podemos dejar de notar es que dirigieron las balas a una representante de sectores excluidos, a la que no consiguieron “ensuciarle las manos” y que hizo de su inserción territorial, de la presencia en las calles apoyando diferentes pautas de lucha, y de los espacios de dialogo y construcción horizontal el sustrato empírico de su noción de democracia. Quienes construyeron con ella saben que la lucha institucional es apenas uno de los espacios en los que se proponía a dar la disputa.  No hay justicia posible para Marielle, condenar a los asesinos no nos devuelve su fuerza, sus horizontes de construcción y su forma de trazarlos. Nos resta asumir este dolor y transformarlo en organización y fuerza popular capaz de inventar caminos de resistencia que limiten las arbitrariedades y violencias de los dueños del capital.

Referencias
[*] Las fotos son de una movilización realizada el 18/3 en la favela da Maré
[1] Proyecto de Enmienda Constitucional de los Gastos Públicos.
[2] Unidades de Policía Pacificadora. Estrategia de seguridad pública que consiste en el control de un territorio por parte de la policía militar. Es una estrategia de control diferenciada territorialmente dentro de la ciudad y es localizada en los territorios de algunas favelas. La narrativa que sostiene su implementación es el control del narcotráfico.


DUELO

Se celebra un acto interreligioso una semana después del asesinato de Marielle

Más de 30 mil personas rendieron homenaje a la concejala defensora de los derechos humanos en Rio de Janeiro

Leia esta notícia em português | Brasil de Fato, en Rio de Janeiro
Celebración interreligiosa que rindió homenaje a Marielle Franco una semana después de su asesinato  - Créditos: Mídia Ninja
Celebración interreligiosa que rindió homenaje a Marielle Franco una semana después de su asesinato / Mídia Ninja
Este martes (20) miles de personas llenaron las calles del centro de Rio de Janeiro para reclamar justicia por el asesinato de la concejala por el partido Socialismo y Libertad (PSOL), Marielle Franco, asesinada a tiros la semana pasada, junto con el conductor Anderson Gomes. La manifestación ocurrió una semana después del crimen y más allá de la protesta política, se realizó también un acto interreligioso por la memoria de la defensora de los derechos humanos. Según los organizadores de la actividad más de 30 mil personas estuvieron presentes en la manifestación.
Miles de personas en Brasil y en todo el mundo se están movilizando en homenaje a Marielle. Las portadas de diarios internacionales, como la de Washington Post, informaron sobre el asesinato de Marielle y las persecuciones a líderes políticos se volvieron centrales en la política del país. En Rio, las movilizaciones de la semana pasada en el centro de la ciudad y en el conjunto de favelas de Maré el pasado domingo demuestran un nuevo momento de resistencia ante los actuales retrocesos sociales.
"Estas movilizaciones mandan un recado para quienes pensaban ser posible detener la lucha por los derechos humanos en un país con una democracia tan frágil. Hoy todo el mundo mira a Brasil y las luchas de Marielle", dijo Talíria Petrone, concejala por PSOL en la ciudad de Niterói y amiga de Marielle.
"Ella actuaba políticamente contra aquellos que la ejecutaron. Y las movilizaciones en todo el mundo expresan las luchas de Mari [apodo de Marielle]", declaró.
Políticos de izquierda también estuvieron presentes en la celebración y resaltaron la importancia de reclamar justicia por Marielle Franco. "Pienso que es el momento de unir los sectores de las fuerzas progresistas porque [el asesinato] es algo aún más indignante en este contexto. No se trata solo de una ejecución política, sino de una ejecución política en un estado bajo intervención militar", aseveró el ex ministro de Relaciones Exteriores Celso Amorim, del Partido de los Trabajadores (PT).
También estuvieron presentes el diputado por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), Glauber Braga, y la diputada por el Partido Comunista de Brasil (PCdoB), Jandira Feghali, que forman parte del grupo de parlamentarios que exige la creación de una comisión externa para acompañar las investigaciones sobre la muerte de la concejala.
La manifestación reunió integrantes de movimientos y organizaciones sociales y personas de diversas edades que nunca habían participado de grandes actos callejeros. La estudiante de psicología Victoria Benfica, de 19 años, destacó la importancia de Marielle. "La muerte de Marielle, una mujer negra, lesbiana, de la favela, que luchaba por los derechos humanos y contra la intervención militar es una pérdida muy grave en relación a su significación y actuación", lamentó.
"Lo que pasó a Marielle es un aviso para nosotros, para el pueblo. Es importante señalar que hay un golpe en curso en el país. Entonces toda la gente que está acá también está luchando contra este golpe, contra esta intervención militar y en defensa de la democracia. Es asesinato de Marielle es un atentado contra la democracia brasileña".
Al término de la manifestación los presentes se reunieron frente a la sede del Concejo de Rio de Janeiro, donde líderes religiosos y grupos culturales aguardaban los manifestantes para el inicio de una ceremonia para rendir homenaje a la luchadora después de una semana de su asesinato, que ocurrió el miércoles pasado, 14 de marzo.
Edición: Raquel Júnia | Traducción: Luiza Mançano

Democracia

Opinión | Marielle Franco y el futuro de Brasil: esperanza o barbarie

El asesinato de Marielle Franco es un cruel crimen político contra una de las principales figuras de la nueva izquierda

Protestas en Río por el asesinato de Marielle Franco - Créditos: Fábio Caffé/ Favela em Foco
Protestas en Río por el asesinato de Marielle Franco / Fábio Caffé/ Favela em Foco
El asesinato de la concejala Marielle Franco el día 14 de marzo de 2018 ha generado una profunda conmoción en Brasil, que también se ha extendido a otros lugares de América Latina y del mundo. No es para menos.
Se trata de un cruel crimen político contra una de las principales figuras de la nueva izquierda brasileña en un momento en el que Río de Janeiro vive un auténtico desgobierno y Brasil atraviesa un preocupante retroceso democrático.
Marielle nació en Maré, uno de los mayores conjuntos de favelas de Río de Janeiro, donde viven aproximadamente 130.000 personas. Allí creció, vivió y convivió con constantes violaciones de derechos humanos, con intimidaciones, con disparos y con la impunidad de quienes los perpetran. Fue madre muy joven y eso le llevó a luchar por el derecho de las mujeres, principalmente de las mujeres negras y faveladas. Le costó mucho seguir una educación formal pero, contrariando las estadísticas, llegó a ser estudiante de posgrado, lo que le movió a luchar por la educación pública de calidad y por la democratización de la universidad.
Perdió a seres queridos, entre ellos una amiga, víctima de una “bala perdida” en 2005 por un tiroteo entre policiales y el narcotráfico. Este acontecimiento, a su vez, la convirtió en una incansable luchadora de los derechos humanos, incluyendo los más básicos de ellos: el derecho de ir y venir y el derecho a existir, diariamente vulnerados en Río y marcados por indicadores muy claros de clase, raza, género y opción sexual.    
Pero, a diferencia de lo que pasara años atrás con su amiga, los disparos que les quitaron la vida a Marielle y a Anderson Gomes, el conductor del coche en el que iba, tenían un objetivo muy claro. Fueron deliberadamente dirigidos a una mujer, negra y favelada que, en 2006, ingresó en el recién fundado Partido Socialismo y Libertad (PSOL) para participar de la campaña a diputado de Marcelo Freixo, y que, en 2016, diez años después, fue elegida concejala en Río de Janeiro con una expresiva cifra de más de 46.000 votos, siendo la quinta candidata más votada.
La visibilidad pública de Marielle era creciente. Molestaba a los poderes instituidos y paralelos y era una de las voces más activas en la denuncia de la intervención militar federal en Río de Janeiro, instituida a mediados de febrero por el gobierno golpista de Michel Temer.
De hecho, a finales de febrero Marielle había sido nombrada relatora de la comisión creada en la Cámara Municipal de Río de Janeiro para acompañar la intervención federal en Río y valorar sus resultados. Días antes de ser asesinada había denunciado la actuación de la policía militar en la Favela de Acari y se preguntaba en su cuenta de Facebook: “¿Cuántos más tendrán que morir para que acabe esa guerra?”.
 La noticia generó una secuencia de sentimientos superpuestos en gran parte de la población brasileña: el shock, el dolor, la incredulidad, la indignación, la rabia. Junto al mar de lágrimas vinieron los cánticos, la catarsis, los abrazos largos y fuertes, los puños bien cerrados y, por fin, los gritos. Gritos que salieron de las entrañas de miles de brasileñas y brasileños y que tuvieron eco en diversas ciudades en multitudinarias manifestaciones. Gritos que pedían justicia y multiplicaban las convicciones y luchas de Marielle por los derechos humanos, la voz de las favelas y de las mujeres, el combate al racismo y la desmilitarización de la policía.
Según los datos del Monitor de la Violencia, hubo en 2017 en Brasil 4473 homicidios dolosos de mujeres. A la vez, el Atlas de la Violencia 2017, alerta que los jóvenes negros y con baja escolaridad son las principales víctimas de muertes violentas en el país. De cada 100 personas asesinadas en Brasil, 71 son negras.
Si ponemos el foco en los activistas de derechos humanos, Amnistía Internacional, en su último Informe 2017/2018, denuncia el incremento de los excesos policiales, el aumento de la violencia y de los homicidios, los reveses legislativos en propuestas que suponen amenazas frontales a los derechos humanos y el ascenso de los asesinatos de defensores y defensoras de derechos humanos.
La ejecución de Marielle aumenta tristemente esas cifras, pero no puede ser vista como una cifra más. Tiene un simbolismo enorme por lo que ella enfrentaba, representaba y visibilizaba. Y también por la posición política que ocupaba, habitualmente negada a las jóvenes, a las negras, a la población pobre y periférica, a las feministas.

Una mujer protesta en por el asesinato de Marielle Franco en Río de Janeiro. Imagen Paulo Barros, Colectivo Favela em Foco (https://favelaemfoco.wordpress.com)
Por lo tanto, dimensionar los alcances y significados de su trágico asesinato nos lleva a ubicarlo en el actual momento político vivido en Río de Janeiro y en Brasil. Más allá del inmenso dolor de amigos, colegas, compañeros y familia, un crimen político debe ser examinado mirando al escenario político.
Crisis, polarización y resistencias en Río de Janeiro y en Brasil
Desde hace unos años Brasil - así como varios países del mundo - vive una polarización política que simplifica profundamente la realidad social, oculta los verdaderos (y urgentes) problemas existentes y restringe las posibilidades de apertura a nuevas fuerzas políticas transformadoras. Toda polarización, al oponer dos campos o polos que se presentan como opuestos, congelan la realidad social entre dos prácticas, discursos e imaginarios  enfrentados, dejando fuera de esta ecuación a todos aquellos actores, fuerzas y miradas que no se identifican con la dinámica polarizada.
A diferencia de momentos previos en la transición y en la consolidación de los órdenes mundiales (pensemos, por ejemplo en la Guerra Fría), la polarización política de hoy se produce entre fuerzas sistémicas, es decir, entre actores y posiciones que no contestan el capitalismo y que, a pesar de diversas, no apuntan hacia la ruptura del degradado sistema, sino que aprovechan sus múltiples crisis (económica, política, ecológica, entre otras) para reacomodarse, fortalecerse o, en el mejor de lo casos, generar algunas brechas de reforma y de defensa de derechos históricamente conquistados. 
En el caso de Brasil, los últimos cinco años han estado marcados, tras las multitudinarias y heterogéneas protestas de 2013, por un encadenamiento complejo de acontecimientos y personajes muy distantes de una lógica meramente causal o lineal. La apertura societaria producida en ese momento, que ya he analizado en profundidad en otros artículos en openDemocracy, llevó a una disputa intensa por los sentidos de los rumbos de la política brasileña y a la progresiva construcción de una polarización que se intensificó con el escenario electoral de 2014 y se radicalizó en 2015. Aunque Dilma logró ganar las elecciones presidenciales, el congreso nacional elegido fue el más conservador de la historia de Brasil desde el golpe de 1964, y el Partido de los Trabajadores fue perdiendo su base aliada previa en el ejecutivo.

Protestas en Río de Janeiro por el asesinato de Marielle Franco. Imagen Thiago Diniz, Colectivo Favela em Foco (https://favelaemfoco.wordpress.com)
El clima de inestabilidad política también fue alimentado en las redes sociales y en las calles, con la creación de movimientos de derecha que pasaron a convocar movilizaciones y a potenciar una disputa de valores morales y de políticas sociales y económicas. La derecha, aunque lejos de ser uniforme, se unificó en el anti-petismo y en el discurso contra la corrupción hasta lograr la destitución de la presidenta Dilma. El golpe se consumó sin pruebas convincentes, pero avalado por el procedimiento del impeachment y por la complicidad de parlamentarios de diferentes signos, el poder judicial e importantes grupos empresariales, financieros y mediáticos.   
El Partido de los Trabajadores y todo su campo político, a su vez, se pusieron a la defensiva. Mirando sólo a las conquistas de sus gobiernos sin autocrítica de los errores, buscaron tanto denunciar el avance conversador como monopolizar los sectores progresistas, acusando a cualquier disidencia de hacerle el juego a la derecha. La polarización estaba así delineada y entre sus resultados, no siempre recordados, se encuentran el bloqueo, la represión, la invisibilización y la infantilización de las fuerzas democratizadoras y de cambio que emergieron en el país durante los últimos años y que representaban el campo más crítico y emancipatorio de las protestas de 2013.
Con las izquierdas fragmentadas, y sin mayores agendas unificadoras que el “Fuera Temer”,  el gobierno ilegítimo e impopular de Michel Temer avanzó con una agenda de retirada de derechos sociales y laborales a partir de un conjunto de políticas privatizadoras, de recortes y de austeridad. El discurso del “orden” y la “excepcionalidad” fue reforzado como justificativa para acciones que pasaron a sentirse rápidamente entre los trabajadores, las mujeres y los más pobres, siempre los primeros en pagar las consecuencias de la crisis, pero que se extendió rápidamente también a amplios sectores de la sociedad, incluyendo un fuerte acoso y criminalización de todas las voces críticas.   
De manera paralela a las turbulencias nacionales, el estado de Río de Janeiro pasó a vivir una propia pesadilla. Tras una década de despilfarro y de megalomanía que pretendía proyectar a Río de Janeiro en el escenario global con mega-eventos, la ciudad empezó a pagar los precios de una irresponsable gestión y de sus debilidades históricas y estructurales. Afectada por la desindustrialización y por la excesiva dependencia del petróleo, Río comenzó a sufrir el endeudamiento generado por recibir el Mundial de Futbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, la ausencia de cualquier tipo de planificación y la corrupción endémica, que llevó a Sergio Cabral, gobernador entre 2007 y 2014, a la cárcel.   
Las Ruinas Olímpicas fueron bastante prematuras, como argumentó Mariana Cavalcanti en openMovements, y empezaron a aparecer incluso antes del fin de los Juegos. La solución presentada por el gobierno de Río, basada en una política de austeridad y recortes, encuadra el problema como técnico y de gestión y para intentar resolverlo se alinea de manera subordinada y dependiente al gobierno federal.

Protestas frente al ayuntamiento de Río de Janeiro por el asesinato de Marielle Franco. Imagen Elisangela Leite, Colectivo Favela em Foco 
En medio a este convulso escenario, la candidatura de Marielle emergió en 2016 como un soplo de aire fresco. Involucró a centenas de personas que, decepcionadas con los rumbos de la política, se ilusionaron con y junto a Marielle. El proceso de construcción de su campaña demostró una apertura, un tránsito y una sensibilidad poco habituales, generando conexión, empatía y un fortalecimiento no solo de Marielle como figura pública, sino principalmente de las luchas colectivas en las que se insertaba. Con el arrollador resultado electoral, llevó oxígeno a las instituciones, sin apartarse de las calles.
Se puso al lado de las huelgas y de las luchas de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), cuyos funcionarios estuvimos meses sin recibir nuestros sueldos y sufrimos hasta hoy las consecuencias de la irresponsable política del estado que vilipendia la educación y el desarrollo científico y tecnológico. Apoyó las reivindicaciones por la movilidad urbana, por las guarderías y contra el desmantelamiento de la educación infantil pública.
Pero, sobre todo, vivió y contribuyó para el ascenso del movimiento feminista y LGBT en Río de Janeiro en los últimos años, para el fortalecimiento del movimiento negro y para la lucha de las favelas. Se empeñó en visibilizar el lugar de la mujer negra en una sociedad racista y machista, en revalorizar la ancestralidad, la memoria y la cultura negra, y en luchar contra los desalojos y los continuos abusos de autoridad.
Fue una de las concejalas más proactivas en el primer año de legislatura de la Cámara Municipal de Río de Janeiro y su gestión estuvo marcada por la construcción colectiva, la transparencia, la escucha activa y por el intento de generar acciones e iniciativas creativas vinculadas a los movimientos sociales y a sus principales banderas de lucha. Y todo ello en un momento de fragmentación de las izquierdas y de profunda tensión en Río y en el país.
Tras el asesinato de Marielle Franco: disputas, sentidos y legado
El asesinato de Marielle ocurre en un momento en el que Brasil vive ante la eminencia de la posible detención del ex presidente Lula da Silva, tras un largo proceso de persecución judicial, y también ante diversos movimientos electorales ya volcados hacia la carrera presidencial, prevista para octubre de 2018.
Si bien la posible condena a Lula y las elecciones generales son dos escenarios que tienden a fortalecer la polarización, este atentado político sin precedentes abre nuevas incógnitas:
¿Quiénes la mataron y por qué? ¿Se producirá un fortalecimiento de la intervención militar en Río de Janeiro o, por el contrario, lograremos desacreditarla como una farsa? ¿Lograrán las élites racistas y machistas aprovecharse del clima hostil y de la polarización actual para fortalecer los habituales estereotipos sobre los favelados como forma de intentar quitarle el peso político que tiene Marielle y su asesinato? ¿Habrá una revitalización de la voz de las favelas y de la izquierda más autonomista y anticapitalista que no se encaja en la polarización? ¿Se fortalecerá el diálogo y la transversalidad tan necesaria para las fuerzas progresistas con diferente sensibilidad en Brasil?
Independientemente de las respuestas, el legado de Marielle y las repercusiones inmediatas de su partida simbolizan, a la vez, lo peor y lo mejor de la sociedad brasileña actual. Aunque el dolor todavía impide reacciones más articuladas, una auténtica disputa de narrativas empieza a ser construida.
Por un lado, es alarmante la multiplicación del odio, la desconfianza hacia las instituciones, el miedo, la militarización de la seguridad pública, la impunidad y la violación de derechos en una verdadera escalada autoritaria. En las redes sociales, comentarios de desprecio son vertidos, mientras algunos periodistas, políticos y otros oportunistas tratan de aprovechar el asesinato de Marielle para justificar la necesidad de más policía y de mayor militarización.
Otros, como Michel Temer, califican su muerte, de forma cínica, como un “atentado a la democracia”. Pero no nos engañemos: i) las balas que mataron a Marielle provienen de la promiscuidad existente entre la policía, las milicias de poderes paralelos y el Estado; ii) la experiencia histórica nos muestra que las intervenciones militares no solucionaron nunca en Río de Janeiro el problema de la seguridad pública; iii) Brasil hoy no se parece en nada a un régimen democrático.

Protestas delante del ayuntamiento de Río de Janeiro por el asesinato de Marielle Franco. Imagen Fabio Caffe, Colectivo Favela em Foco (https://favelaemfoco.wordpress.com)
Sin embargo, por otro lado, el asesinato de Marielle también destapó la solidaridad, el orgullo de la favela, la voz de las mujeres negras y de jóvenes con ganas de cambio. En definitiva, llamó la atención a un Brasil que no se reconoce en las atrocidades de la barbarie ni en la maniobras del golpismo, pero tampoco en la reducción que implica la polarización. Ante ello, es fundamental abrirse siempre a lo nuevo, como la propia Marielle proponía en artículo publicado a principios de este año en la edición brasileña de Le Monde Diplomatique
Muchos han dicho en los últimos días que Marielle era una joven promesa. Se equivocan. Ya era realidad. En un momento de profunda crisis de la representación en Brasil y en el mundo, Marielle sí representa a las mujeres, a las negras, a las lesbianas, a las defensoras de derechos humanos y a tantos otros que creen en otras posibilidades de construcción de la política. Representaba a aquellos que habitualmente critican la representación política formal, pero que en/con ella encontraron no sólo autoidentificación, empatía, reconocimiento y simbolismo, sino, principalmente, una ruptura de la distancia entre representante y representado.
Tras la muerte de Marielle se volvió a escuchar en las calles de Río y de otros lugares de Brasil eslóganes que estaban muy vinculados a los momentos iniciales de las protestas de junio de 2013, como, por ejemplo, “No ha acabado. Tiene que acabar. Quiero el fin de la Policía Militar”.
Las voces más críticas de la sociedad brasileña y las fuerzas invisibilizadas, pero latentes, de 2013 volvieron a las calles. No sabemos si de forma duradera. No sabemos todavía con qué fuerza. Pero hay mucho en juego. Muchas vidas y todo un futuro. De ahí que sea fundamental una investigación imparcial, una amplia solidaridad de los movimientos populares de todo el mundo y un acompañamiento cuidadoso de la comunidad internacional que no se restrinja a estos primeros días posteriores al desenlace fatal de la vida de Marielle. 
En una ciudad como Río de Janeiro, habitualmente definida como “ciudad partida”, donde suelen primar las rígidas fronteras (culturales, económicas, epistémicas, geográficas y sociales) que separan mundos, Marielle fue un puente. Un puente que vinculó las favelas periféricas (como la suya de origen) con la Zona Sur de Río (donde se concentran los símbolos turísticos y los privilegios), derrumbando los Muros de las Vergüenzas, que no son sólo simbólicos y metafóricos, sino también materiales, como el que separa el conjunto de favelas de Maré de la carretera que lleva al aeropuerto internacional de Río de Janeiro. Un puente que buscó también asociar el movimiento negro con el movimiento feminista y viceversa, tratando no sólo de afianzar el feminismo negro, sino de aceptar y respetar las diferencias y la pluralidad de visiones de campos cercanos, pero distintos, de luchas.
Marielle no era. Marielle es. Marielle será: un puente cuyas estructuras no se estremecerán con disparos.
Un puente que peleó para que las instituciones no estuviesen alejadas ni de las personas ni de las calles, retroalimentando acciones, ideas y propuestas para que, por su parte, los movimientos no viesen a las instituciones como espacios ajenos, sino como locus de disputa donde también hay que estar presente. Un puente que, finalmente, conectó el activismo y la investigación, ya que Marielle no sólo era concejala y militante, sino también socióloga.
Pero no separaba totalmente estos dos espacios, como tampoco aislaba los mundos antes mencionados. Era una investigadora militante, que escribió su tesis de maestría sobre cómo las políticas públicas de seguridad - como las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) de Río de Janeiro - en vez de ofrecer una solución, acabaron reforzando el Estado penal integrado al proyecto neoliberal. Creía que la universidad sería más viva y democrática si se acercara a la militancia y que, a la vez, la militancia sería más potente si en vez de reproducir frases hechas y encerrarse en dogmas se tornara más reflexiva.  
Así era Marielle. O mejor. Marielle no era. Marielle es. Marielle será: un puente, cuyas estructuras no se estremecerán con disparos. Que se multiplicará, en su memoria y en la de tantas otras luchadoras, más o menos anónimas, tejiendo afectos, caminos y luchas. Puentes de esperanza contra la barbarie instalada en Brasil. 
*Breno Bringel es profesor de sociologia en IESP-UERJ en Rio de Janeiro y editor de editor Dados y de openMovements. Sigue a Breno en Twitter: @brenobringel
Edición: openDemocracy

Brasil: Se leyó en Parlamento de Río el discurso que la concejala asesinada no pudo dar

La parlamentaria, líder feminista y dirigente social de las favelas fue ejecutada hace dos semanas en el centro de Rio cuando regresaba de un acto político.
jueves 29 de marzo de 2018 - CARAS Y CARETAS
El concejal del Psol Tarcísio Motta leyó  en el plenario de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro el discurso que Marielle Franco había escrito para la sesión en la que se discute el Plan Municipal de Educación.
A continuación, el discurso completo.
Buenas tardes a todas y todos:
Brasil es el quinto país que mata más mujeres en el mundo. Los números asustan: en 2016 se registró un caso de violencia contra la mujer cada cinco horas en el Estado de Río de Janeiro.
Pero también sabemos que estos números son apenas parte de las mujeres que consiguieron, de alguna manera, buscar ayuda y denunciar.
Yo les pregunto: ¿Seguiremos negándonos a hablar sobre igualdad de género? ¿Hasta cuándo?
¡El debate sobre nuestra igualdad es urgente en todo el mundo, en Brasil y en el municipio de Río de Janeiro!
Dar ese debate es comprometernos con la democracia y con nuestro avance civilizatorio.
Hablar de igualdad entre mujeres y hombres, niñas y niños, es hablar por la vida de aquellas que no pueden todavía defenderse de la violencia. Y son muchas más que las 50.377 registradas en 2016 aquí en Río.
A diferencia de lo que se dice o, desgraciadamente, de lo que se acostumbra ver en Casas Legislativas como ésta, no somos una minoría. Somos la mayor parte de la población, a pesar de que estemos poco representadas en la política.
A pesar de que ganemos salarios menores, que estemos en cargos más bajos, que suframos jornadas triples, que seamos subyugadas por nuestras ropas, violentadas sexualmente, físicamente y psicológicamente, muertas diariamente por nuestros compañeros, no nos vamos a callar: ¡Nuestras vidas importan!
En Brasil, según el IPEA (2016), las mujeres negras brasileras todavía no llegan ni al 40 por ciento del ingreso total recibido por hombres blancos. Y somos nosotras, las mujeres negras, las que más sufrimos las violencias diariamente.
Quien cree eso es normal, es porque no sufrió en su cuerpo el machismo y racismo estructural. Quien cree que eso no merece ser debatido en nuestra educación, es porque se beneficia de las desigualdades.
Por eso quiero dejar registrado que esta Casa, al retirar los términos “género”, “sexualidad” y “género”, fortalece la continuidad de desigualdades y violencias de los más diversos tipos.
Hoy hablamos del plan principal para el desarrollo social de nuestro municipio: el Plan Municipal de Educación. Este plan merece que tengamos compromiso y responsabilidad.
El término “género” comenzó a ser utilizado como categoría de análisis a partir de 1970 con el objetivo de dar visibilidad a las desigualdades entre hombres y mujeres. Entonces, a partir tanto de su origen como de su uso cotidiano en debates sobre la superación de las desigualdades, hablar de “género” tiene como finalidad promover la necesaria atención y crítica a las discriminaciones sufridas por las mujeres. E intentar crear medios para que todas  podamos enfrentar ese escenario.
¿Desde cuándo hablar sobre una opresión que genera tantas muertes es hablar sobre una adoctrinación?
Si se dicen tanto a favor de la vida, entonces deberían estar a favor de la igualdad de género. Y sólo se promueve igualdad a través de una educación consciente y del debate con nuestros niños para que se conviertan en adultos mejores.
¡Por eso, como parlamentarios responsables de las ciudadanas y ciudadanos de esta ciudad, debemos defender el debate en la educación!
Si es desde la escuela que nace el espacio público que queremos, es indispensable que se hable de igualdad de género. Que se hable de sexualidad, de respeto, de laicidad, de racismo, de LGBTfobia, de machismo. Porque hablar sobre estos temas es comprometerse con la vida, en sus múltiples manifestaciones. ¡Es comprometerse con el combate a la violencia y la desigualdad!
Es más que urgente que esta Casa no se calle sobre las vidas que se interrumpen día a día en este Municipio.
¡Hablar de igualdad de género es defender la vida!
Fuente: Nodal

URUGUAY


Joselo López. Foto: Pablo Vignali (archivo, junio de 2016)

COFE pide redefinir cuál es el “bloque de los cambios”

Falta poco más de un mes para el próximo congreso del PIT-CNT, y las diferentes corrientes y sindicatos comienzan a hacer circular sus documentos, de cara a una instancia que podría alterar la correlación de fuerzas dentro de la central sindical durante la próxima campaña electoral.
En ese contexto, la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE), gremio que es el corazón de la lista 41 del PIT-CNT, elaboró un documento en el que pone en tela de juicio una de las principales definiciones que la central sindical aprobó en su congreso anterior, en 2015: que existe un bloque social y político de los cambios, contrapuesto a uno conservador y de derecha.
“Hoy más que nunca se impone que nuestra clase rediscuta la política de alianzas, y en particular, el papel que cumple dicho ‘bloque’ en esta etapa y cuál es el papel que le corresponde a los trabajadores en el mismo”, dice el documento. La revisión es necesaria, según COFE, porque el denominado bloque de los cambios de hecho “incluye sectores que defienden los intereses del capital y que han predominado en la conducción económica del país”. Por lo tanto, “rechazar la ‘restauración conservadora’ no implica, como contrapartida, el apoyo irrestricto al llamado ‘bloque político y social de los cambios’, como si fuera una fuerza homogénea cuyo objetivo es defender los intereses de los trabajadores”.
El planteamiento es motivado en buena medida porque en ese bloque de los cambios está incluido el gobierno del Frente Amplio (FA). Para COFE, en 12 años ese gobierno no “llevó adelante un proyecto de cambio estructural alternativo para reducir el dominio del capital en la economía nacional”, y en él no “existen indicios de un proyecto anticapitalista de mediano y largo plazo”.
Joselo López, secretario general de COFE, consideró que durante los gobiernos del FA se “ha planteado una política de conciliación de clases asimétrica”, debido a la cual, si bien “los trabajadores conquistaron muchos avances”, la balanza se inclinó a favor de los capitalistas, “con exoneraciones tributarias a grandes corporaciones”, de modo que la carga impositiva “es mayor” para el trabajo que para el capital.
Según el documento de COFE, el concepto de “gobierno en disputa” que se ha manejado dentro del FA “es una categoría de análisis insuficiente” ya que “parecería referirse a un equilibrio de fuerzas” que en los hechos no fue tal “en la mayoría de los temas de fondo”. En cambio, el sindicato asegura que el gobierno “optó por atender a otros demandantes y apeló a la conciliación de clases, beneficiando al capital y redistribuyendo un poco mejor el ingreso, pero no la riqueza, que cada vez está más concentrada”.
López explicó que lo que se busca con el documento es “poner en debate si realmente existe un bloque social y político de los cambios”, o si en realidad se está ante una “realidad diferente, que necesita otra definición del movimiento sindical”.

COFE va por suba real de 3 puntos en ASSE e Inisa

02 Abr
AFUSEC
La plataforma abarca a alrededor de 26.000 trabajadores públicos.

La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) buscará mejoras sustanciales en términos reales para los salarios de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) y del Instituto de la Niñez y Adolescencia del Uruguay (INAU) de por lo menos tres puntos anuales sobre la inflación, adelantó su dirigente Joselo López.
En el caso del INAU y el Inissa, que reúnen a unos 6.000 trabajadores, la intención del sindicato es asegurar que se cumpla el acuerdo a cinco años firmado con los directorios para que en un lustro haya una mejora salarial en términos reales de algo más de 20%. El salario de ingreso en estas dependencias es de $ 22.000 netos. “Están bastante sumergidos”, dijo López.
En el caso de ASSE, en la que trabajan unas 20.000 personas, COFE planteará tres puntos y medio de recuperación salarial por sobre la inflación porque sus funcionarios no cuentan con un convenio salarial y últimamente sus remuneraciones se han ajustado únicamente por inflación, indicó López.
En este caso el tiempo para negociar es acotado porque, por disposición legal, la Rendición de Cuentas en la que se podrían incluir los incrementos salariales tiene que estar promulgada en octubre, porque en el año previo a las elecciones nacionales no puede haber aumentos de sueldos públicos.
COFE planteará en los meses previos a la Rendición de Cuentas (cuyo proyecto debe presentarse antes del 30 de junio) que debe ingresar más personal a la Administración Central y que se debe rediseñar la carrera administrativa que está, según López, “desvirtuada”.
Por otro lado, López cuestionó en el Secretariado Ejecutivo del Pit-Cnt lo que consideró una reacción “demasiado tímida” de la central sindical tras el anuncio de los lineamientos salariales para el sector privado. López entiende que los sindicatos más débiles pueden llegar a tener dificultades para evitar pérdidas salariales en la próxima ronda de negociación.
https://www.elpais.com.uy/informacion/sindicales/cofe-suba-real-puntos-asse-inisa.html

Regasificadora: Sindicato del gas analiza la situación el miércoles, tras caída del acuerdo con Shell

El miércoles a las 11.00 la Unión Autónoma de Obreros y Empleados de la Compañía del Gas realizará una asamblea con paro parcial –habrá guardia gremial para mantener el servicio de emergencia– para definir un plan de acción, luego de que el jueves se conociera que el Poder Ejecutivo no renovará el memorando de entendimiento con la empresa Shell, que sentaba las bases para la posible construcción de una terminal regasificadora.
Alejandro Acosta, integrante del sindicato, señaló a la diaria que la situación es “muy compleja”, porque la empresa brasileña Petrobras (propietaria de Montevideo Gas y de Conecta) ya había advertido que si no se construye la regasificadora no hay “viabilidad” para las distribuidoras que maneja. “Tenemos un convenio [con Petrobras] que vence el 30 de junio. En función de que estaba por resolverse el tema de la regasificadora, la empresa suspendió los seguros de paro, hizo algunas reestructuras y congeló los salarios, pero no queremos que este anuncio [de que no se renueva con Shell] pase así nomás”, indicó Acosta. Agregó que “probablemente” a corto plazo la empresa brasileña aplique medidas similares a las que lograron frenar con el convenio que firmaron en diciembre.
En tanto, Olga Otegui, directora nacional de Energía del MIEM, le había señalado el jueves a la diaria que, pese a que el acuerdo con Shell caducó, el proyecto de la regasificadora “sigue siendo de interés” para el Poder Ejecutivo. Según la jerarca, Gas Sayago puede seguir trabajando en este proyecto tanto con Shell como con otras empresas que se puedan presentar. Pero Acosta es escéptico sobre esto último: “Si hubiera habido interés [de otras empresas], supongo que se habrían presentado en el período indicado y no habría quedado solo Shell”.
Por último, Acosta subrayó que la solución para evitar que otra vez peligren los puestos de trabajo –casi 200– y el suministro de gas –de cerca de 40.000 usuarios– no depende solamente de las acciones del sindicato. “Requerimos el compromiso del Poder Ejecutivo y hasta de la oposición, que debería poner cabeza en qué hacer con esto, y dejar de verlo sólo como un tema de puja electoral para obtener votos, que es lo que parece que hace [el diputado blanco] Pablo Abdala permanentemente, porque soluciones o alternativas no propone”, indicó el sindicalista. Además, agregó que hace más de un año le pidieron una reunión al directorio del Partido Nacional para tratar el tema pero no consiguieron una respuesta.


Neofascismos y malambos idelogicos en Uruguay. Parte II


Martin Delgado Cultelli

Frente a la preocupación de que haya sectores de izquierda que no consideren a Proyecto Segunda República Oriental (PSR-O) como un neofascismo, este artículo continuar aportando al debate para diferenciar claramente entre un proyecto emancipador y un proyecto reaccionario.
En Estados Unidos y en Europa estos dos performances están en plena expansión. Desde los fascistas que tratan de no parecer tan fascistas, como los del Frente Nacional en Francia, La Liga del Norte de Italia, Alternativa para Alemania y otros ejemplos en Bélgica y Hungría hasta los supremacistas raciales de KKK que apoyaron a Donald Trump en Estados Unidos, los “fachas” en España, los skinheads neonazis en República Checa y otros grupos similares en Noruega y Suecia. Estos grupos además de tener la visión clásica del fascismo (la sociedad nacional como un ente homogéneo, militarismo, racismo, homofobia, anticomunismo y antisemitismo) han incorporado otros como la islamofobia y la antiglobalización.
La expansión de este neofascismo se debe a dos factores principalmente. Por un lado, la crisis global de la socialdemocracia y por otro, la estrategia global de los ultra-liberales de Red Atlas. La socialdemocracia, sea en sus vertientes europeas, sea el Partido Demócrata norteamericano o los progresismos en Latinoamérica, están en franca derrota. Esto se debe en gran parte a factores internos, las socialdemocracias para poder gobernar han buscado alianzas con las derechas tradicionales. Sacrificaron sus utopías revolucionarias y aceptaron varias premisas del neoliberalismo. Las europeas y norteamericanas, aceptaron la desregulación del poder financiero y las lógicas del militarismo expansionista de la OTAN. Al mismo tiempo, cuando fueron golpeadas por la crisis financiera del 2008, realizaron ajustes a los sectores populares y dejaron intocables a las grandes corporaciones y bancos. En América Latina los progresismos continuaron con el modelo extractivista y primarizador de los bienes naturales. La minería, la exploración de hidrocarburos, las plantaciones de palma africana, caña de azúcar, soja y maíz transgénicos continuaron sin recibir casi presiones de parte de los gobiernos. Debemos recordar que las industrias extractivas son tremendamente contaminantes y expulsoras de las comunidades locales y que, como bien explica Gudynas, las industrias extractivas fomentan la corrupción política [1].La continuidad de ciertas premisas del neoliberalismo por parte de la socialdemocracia generó una serie de contradicciones que favorecieron la emergencia de la ultraderecha. La otrora orgullosa y sólida clase obrera blanca quedó totalmente a la deriva por las políticas neoliberales. Este sector encausa sus frustraciones en contra de los migrantes y todos esos “otros” favorecidos con alguna clase de política social (mujeres, LGBT, afrodescendientes, indígenas, gitanos-rom, poblaciones marginales). Odian profundamente a los políticos tradicionales y tienen un sentimiento antiglobalización.
La socialdemocracia al resignarse a un cambio estructural de las relaciones de poder en las sociedades perdió totalmente la batalla subjetiva por la clase obrera. Lo peor de todo es que esto se aplica a casi toda la izquierda. Recordemos que la socialdemocracia tuvo un peso gravitante en las izquierdas desde la postguerra y especialmente desde la caída del bloque del socialismo real. Por eso también hay una expansión de grupos nuevos de izquierda que retoman los postulados históricos del anticapitalismo. Incluso ha vuelto a emerger con una fuerza considerable el anarquismo, quien por mucho tiempo había perdido la batalla de masas contra el socialismo. A esta heterogeneidad de grupos de izquierda que, cuestionan tanto a las derechas tradicionales como a la socialdemocracia, se les ha puesto el rotulo de “antisistemas”.A este momento de crisis profunda de la socialdemocracia debido a las contradicciones que ella mismo generó, se agrega la entrada en escena de un actor que hasta hace poco tiempo era desconocido. Estoy hablando de Red Atlas, una poderosa red de empresarios y activistas que luchan por una utopía anarcocapitalista. Esta red de think thank (“tanque de pensamiento” en inglés, grupos de estudio y producción) presente por lo menos en todas las Américas, en Europa y Medio Oriente se han propuesto combatir cualquier vestigio de Estado de Bienestar. Combaten a los gobiernos socialdemócratas y una vez derrocados estos destruyen todo marco regulatorio del libre mercado, así como los derechos sociales de los sectores subalternos, dejando totalmente desnuda a la población frente al capitalismo salvaje. Esta red se hizo visible a mediados de este año a partir de la investigación periodística de la revista The Intercept. Esta investigación fue recopilada y publicada por la Revista Lento en su número 54, de setiembre de este año. Al mismo tiempo la página Resumen Latinoamericano publicó un breve artículo sobre esta investigación [2].
La Red Atlas o Atlas Network estuvo atrás del triunfo electoral de Donald Trump y Mauricio Macri, así como también de los golpes de estado en Honduras y Brasil, la desestabilización en Venezuela y la actual campaña electoral de Piñera en Chile. Una regla bastante común para poder derrocar a las socialdemocracias es la alianza con grupos neonazis. Han generado una curiosa alianza entre fascistas y liberales contra el Estado de Bienestar y los movimientos populares. El ensayo por excelencia fue la denominada “Revolución Naranja”, el movimiento de masas anti ruso en Ucrania. Si bien Yanukovich era un corrupto y un fiel representante de los intereses rusos en Ucrania, el movimiento que lo derrocó no fue para nada emancipador. Comenzó como una protesta ciudadana organizada y liderada por sectores liberales pro Unión Europea. Sin embargo, frente a la represión policial, se aliaron con sectores ultranacionalistas conservadores. Grupos como Pravy Sektor, de clara ideología nazi, y Svoboda, de línea ultranacionalistas, organizaron la defensa de los manifestantes. Estos grupos de ultraderecha dieron entrenamiento militar a los manifestantes para que pudieran enfrentar de igual a igual a la policía. Es más, en las protestas de Maidán, se formaron grupos de autodefensa con clara estética neonazi.Los neofacistas no solo generaron la resistencia necesaria para derribar al gobierno, sino que también fueron actores claves en el combate a las insurrecciones de las poblaciones étnicamente rusas en el este de Ucrania. Recordemos que, al poco tiempo de la dimisión de Yanukovich, en gran parte del centro y este de Ucrania, donde predomina las etnias rusas y tártaras, hubo intentos de crear repúblicas autónomas separadas del gobierno central. Los grupos fascistas organizaron milicias para ir a combatir esas expresiones populares regionales. Nada mejor para estos grupos que poder masacrar a otros étnicamente diferentes y que asumían una postura basada en los principios del socialismo real. El resultado fue la masacre de Odessa y una guerra civil de más de un año, guerra que recibía recursos para que se perpetuara tanto de Rusia como de la OTAN. Finalmente, solo sobrevivieron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk. Y mientras los fascistas limpiaban al país de cualquier oposición a la Revolución Naranja, el nuevo presidente elegido fue un empresario multimillonario, Poroshenko [3].
Es que el fascismo es un arma muy poderosa y sumamente necesaria para los intereses de grupos empresariales como los de Red Atlas. Cuando se dice que el racismo es una de las formas de división del trabajo más antiguas y eficaces, es porque realmente es así. Fomentar el racismo produce la división absoluta entre la clase trabajadora, además de evitar la asunción social de determinados grupos condenados a los estratos más bajos. Esto claramente se puede ver con el movimiento skinhead. Un movimiento de origen afro jamaiquino y que en sus primeros movimientos convivían en perfecta armonía blancos nacionales británicos con inmigrantes caribeños. Sin embargo, el fomento del racismo por parte de partidos de derecha dividió totalmente a la escena del skinhead. División que ha costado vidas humanas y que por lo pronto no parece desaparecer. Esta división racial también ayudó a derechizar a varias generaciones de jóvenes de la clase obrera británica [4].Las utopías de anarco capitalismo se encuentran con la limitante de que el estado y su aparato represivo e ideológico es el que garantiza el mínimo de orden necesario para reproducir a la sociedad de mercado. Capitalismo y estado nacional caminan de la mano en los últimos siglos. Sin embargo, la reproducción de formas sociales de control, o sea la reproducción de cierta forma de totalitarismo, podría ayudar a mantener el orden social, pero con una participación mínima del estado. Por eso, en los últimos tiempos, nos encontramos con el fenómeno que Boaventura De Souza Santos ha denominado “fascismo societal”. A mediados del siglo XX, el fascismo se manifestaba a través de golpes de estado, con censura, clausuras de parlamentos y supremas cortes de justicia, la ilegalidad de los partidos opositores y el desconocimiento de las libertades individuales. Hoy en día tenemos sociedades donde el parlamento funciona, hay partidos de oposición, hay suprema corte de justicia y sin embargo se vive en el fascismo. Se vive en el fascismo porque la sociedad se facistiza y además si bien funcionan las instituciones de la democracia liberal clásica, son usados con bastante recurrencia los estados de emergencia o estados de sitio. El trato cada vez más inhumano y cosificado a determinados sectores subalternos, el fortalecimiento de las policías de choque, la militarización de la vida social, las leyes antiterroristas y la obsesión con los enemigos internos y externos son ejemplos de ello. Países como Estados Unidos, Francia, España, Israel, México, Honduras, Colombia, Perú y Chile entre otros, funcionan mayormente de esa manera. Y parece ser que el fascismo societal será la norma en la mayoría de los países en los próximos años.
Ciertamente hay un sentimiento mundial antiglobalización, pero hay que saber bien para donde encauzarlo. Por un lado, estamos quienes cuestionamos a la globalización porque esta representa una forma contemporánea de colonialismo con consecuencias catastróficas para las culturas locales, para la naturaleza y para la independencia de los pueblos. Pero también están aquellos que cuestionan a la globalización porque buscan volver al formato de los estados nacionales fuertes. Como ya dijimos, estado-nación es un modelo político histórico asociado al capitalismo. Y cuando se habla de estado nacional fuerte se están remitiendo a modelos políticos asociado a la etapa del capitalismo basado en el capital nacional. El nacionalismo (que no es lo mismo que identidad étnica) es una forma de fortalecer un mercado en una entidad territorial concreta y rechazar productos de otros mercados. El modelo del capital nacional dio mucha estabilidad laboral a la clase obrera, así como una gran estabilidad psicológica (el chovinismo). Estas características pueden ser tentadoras frente a la vorágine del capital globalizado. Sin embargo, recordemos que la época del capital nacional era una época donde los jóvenes de clase trabajadora eran sacrificados como ganado en las guerras por delimitar fronteras, donde las identidades étnicas eran sumamente reprimidas, donde no había mucha movilidad social y donde las desigualdades sociales producto del sistema capitalista (no nos olvidemos, es nacional pero es capitalismo al fin) se camuflaban atrás del discurso de un pueblo unificado. Deberíamos luchar por la superación de las contradicciones del capitalismo, tanto del global como del nacional.Por eso es sumamente importante que las fuerzas populares no se confundan. Sepan diferenciar claramente entre un proyecto emancipador y un proyecto reaccionario. De ahí la preocupación de que haya sectores de izquierda que no consideren a Proyecto Segunda República Oriental (PSR-O) como un neofascismo. Creemos que la crisis del progresismo ha contribuido al malambo ideológico en muchos compañeros y de ahí la necesidad de este artículo.
[1] Edurado Gudynas. Corrupción y extractivismo: mutuamente asociados. [2] “Red atlas”: Conozca la actividad implacable de la internacional capitalista
[3] Para más referencias sobre la Revolución Naranja y la posterior guerra civil se recomienda ver el documental producido por un equipo de periodistas internacionales “Ucrania: el año del caos”
[4] Para más referencias sobre la historia del movimiento skinhead se recomienda ver el documental “Skinhead Attittude”


Senado reclama al Ejecutivo fin de brecha salarial entre hombres y mujeres

14 Mar
AFUSEC
El Senado pedirá al Poder Ejecutivo que elabore un proyecto para que no haya diferencias salariales entre hombres y mujeres. “Habrá que ver cuáles son las formas en las que se puede instrumentar un progresivo cierre de esa brecha”, dijo a Montevideo Portal la senadora Mónica Xavier.

El Senado aprobará este miércoles un reclamo al Poder Ejecutivo para que disponga las medidas que sean necesarias para asegurar el fin de la brecha de género en materia salarial.
“La Cámara de Senadores solicita al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social analizar la situación de desigualdad salarial por razones de género ante una misma labor, optimizando los medios de control disponibles, generando los ámbitos de negociación y utilización de los medios de fijación de remuneración correspondientes”, señala la minuta de comunicación que será tratada hoy por la Cámara Alta.
El documento sugiere la elaboración de un proyecto de ley “con el objetivo de garantizar a todos los trabajadores la aplicación del principio de igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y femenina ante la existencia de un trabajo de igual valor”.
Asimismo, señalaron que un proyecto de este tipo es una forma de “homenajear los instrumentos internacionales que viene de referirse, como así también las destacadas políticas que el Estado uruguayo ha llevado adelante en materia de trabajo e igualdad”.
En conversación con Montevideo Portal, la senadora Mónica Xavier dijo que en el mundo del trabajo existen muchas formas de discriminación, relativas a las asignaciones de tareas y que uno de ellos es el ingreso.
Xavier dijo que la brecha es como si las mujeres trabajaran gratis entre octubre y diciembre: “Cuando lo ponemos así en el calendario queda más gráfico que decir que la brecha es de un promedio del 24%”
La senadora señaló que es un fenómeno que se da esencialmente en el ámbito privado mientras que en el ámbito público el problema es que las mujeres no acceden a los puestos más altos de las organizaciones.
“Nuestra voluntad política expresada, después el Poder Ejecutivo verá cómo traduce eso en un marco legal. No es una solución que sea sencilla. Hasta ahora lo que ha hecho el Poder Ejecutivo, desde el Ministerio de Trabajo son inspecciones que antes no se hacían sobre que reconocen esa situación de desigualdad”, agregó.
Xavier explicó que el Legislativo no lo puede hacer porque es una iniciativa que podría implicar reasignación de recursos “habrá que ver cuáles son las formas en las que se puede instrumentar un progresivo cierre de esa brecha”.
El documento cita varios convenios internacionales del trabajo ratificados por nuestro país, como el Nro. 100 respecto a la igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor, el Nro. 111 relativo a la discriminación en materia de empleo ocupación, el Nro. 156 referente a los trabajadores con responsabilidades familiares.
Montevideo Portal